Biblioteca
La Biblioteca del Instituto Nacional “Juan Nepomuceno Espejo” comprende la biblioteca escolar, el fondo histórico y el archivo histórico institucional. Sus instalaciones se encuentran ubicadas en la cuarta y quinta planta de la torre central del edificio principal.
Posee un fondo escolar de alrededor de 20.000 (verificar) libros, que incluye textos de las más diversas materias, especialmente las relacionadas con los contenidos de enseñanza básica y media.
El fondo histórico se encuentra integrado por aquellos libros anteriores a 1950, y comprende cerca de 20.000 volúmenes, entre los cuales hay valiosos ejemplares, muchos de los cuales tienen la categoría de Monumento Histórico Nacional.
El archivo histórico institucional se encuentra integrado por libros de clases, fichas de matrícula, libros de correspondencia, actas de exámenes, entre los que destacan las fichas de ex Presidentes de la República, y de destacados personajes.
Actualmente la Biblioteca es dirigida por la bibliotecaria Rosa Alvarado.
Integran el personal de biblioteca la funcionaria Marisol Bustamante.
Las instalaciones:
La biblioteca cuenta con dos niveles, en el primer nivel se ubican las oficinas administrativas, la oficina de la Academia de Letras Castellanas, el Salón Manuel Montt, la Sala de Lectura Ernesto Boero Lillo y las estanterías que contienen la colección escolar. Parte del mobiliario de la sala principal data de 1883 y fue confeccionado en madera de nogal por artesanos chilenos. En el segundo nivel se ubica el Fondo Histórico y el Archivo Institucional, ubicados en una gran sala dividida por paneles de madera, y que cuenta con mobiliario de época, y también anaqueles contemporáneos.
El fondo histórico y archivo institucional:
Como se señaló, se encuentra integrado por numerosos textos patrimoniales, entre los que destacan dos incunables, de 1484 y 1481, y un manuscrito de la Baja Edad Media. La colección es especialmente rica en textos del periodo colonial, destacando la “Histórica Relación del Reyno de Chile”, del padre Alonso de Ovalle, la “Historia General de Indias”, de Antonio de Herrera y los “Tesoros Verdaderos de Yndias”, del padre Antonio de Monroy.
Asimismo, destacan del periodo de la Independencia las “Ordenanzas Fundacionales del Instituto Nacional”, el “Expediente del Convictorio Carolino”, firmado por José Miguel Carrera y numerosas proclamas de la época de la Independencia.
Dentro del archivo histórico destacan los libros de exámenes de diversos ex mandatarios, y un completo archivo fotográfico de la historia del Colegio.
Reseña Histórica:
La biblioteca nace junto al colegio en 1813 como un pequeño Gabinete de Lectura, integrado fundamentalmente por las colecciones de los establecimientos coloniales. El 8 de mayo de 1857 la Biblioteca fue fundada vía decreto supremo, siendo Manuel José Olavarriete su primer Director. Durante el rectorado de Diego Barros Arana la biblioteca empieza a cobrar verdadera fisonomía y el 19 de mayo de 1876 es nombrada como Biblioteca Pública, siendo su Director el afamado historiador boliviano Gabriel René-Moreno. Durante la década de 1880 se adquirió el templo de San Diego, ubicado a un costado de la Casa Central de la Universidad Chile, para instalar allí la Biblioteca del colegio. El edificio que se encontraba en estado ruinoso fue reparado y re construido, y el 7 de abril de 1890 el Rector Juan N. Espejo inauguró la Biblioteca en sus nuevas dependencias. De esta fecha data gran parte del mobiliario histórico que actualmente se conserva. En dicho periodo la biblioteca se erige como una de las más importantes de Chile, y la más importante de Latino América en escritos del periodo colonial, llegando a poseer cerca de 77.000 libros a fines de 1920.
Gobernando Carlos Ibáñez del Campo, y siendo Ministro de Instrucción Pública Pablo Ramírez, se ordena la demolición del edificio de la biblioteca, para construir allí una piscina. Esta orden, de la que no quedan registros escritos, constituyó una de las mayores tragedias culturales de nuestra historia. El colegio pudo conservar solo 14.300 volúmenes, siendo repartido el resto del acervo entre la Biblioteca de la Universidad, del Instituto Pedagógico, la Biblioteca Nacional, y terminando muchos libros botados en la calle, lo que daría origen a los negocios que hasta hoy prosperan en calle San Diego.
La biblioteca es reorganizada con la ayuda del profesor César Bunster, y de Ernesto Boero Lillo, ocupando un par de salas a un costado del Patio Jardín, fundándose en la primera mitad del siglo XX la Academia de Letras Castellanas (ALCIN) y el Boletín del Instituto Nacional.
En 1963 se inició la construcción del actual edificio, por lo que la Biblioteca fue empacada y guardada en subterráneos. Una vez terminado el sector 1 Camilo Henríquez, el servicio de préstamo de libros se instaló provisoriamente en la Mapoteca. Las actuales dependencias fueron inauguradas en 1975, de forma muy apresurada, pues se buscaba evitar que la SEREMI ocupara dichas dependencias (finalmente la SEREMI fue instalada en el sector 3, y se mantuvo allí hasta 2004).
Allí se ha mantenido hasta nuestros días la biblioteca. El año 2004 parte del mobiliario y los libros del archivo histórico fueron declarados Monumento Nacional, por decreto exento del Ministerio de Educación.